21 de febrero de 2011

conxuro


Asomado al fuego digo tu nombre
y las llamas lo lamen
durante días y horas,
para que se regale con lo tuyo,
porque me devuelva todo lo rojo
tu nombre doy al fuego,
que corre por tu cuerpo.

16 de febrero de 2011

PREGUNTAS QUE NADIE CONTESTARÁ




¿Por qué duelen las noches
ante la fría insuficiencia?.

¿Por qué no lloro nunca
la respiración contenida?

¿Por qué se me vuelan los ojos
con dinamita caducada?.

¿Quién vive en las preguntas
y muere en las respuestas?

14 de febrero de 2011

BALADA DE LAS VENTITRES GINEBRAS


No lo sabes pero está ahí. Apenas levanta dos palmos del suelo, puede ser un cocker spanien o un offenpinsher, da igual, mi amigo acaricia a todos los perros. Lo hace siempre. Le pregunto, en un guiño, por qué no hace otro tanto con las personas. Entonces para celebrar que hoy va a llover, me invita a un restaurante donde nos sirven merluza flambeada y setas, porque no está mal la amistad a la hora de comer. Tampoco lo es más tarde, cuando a la sombra de un avión fantasma (EC-BAR) nos sobrevuela la primera Bombay Zapphire, con mucho hielo y limón exprimido. Nadie ha pedido tónicas ¿no?. Pues no. Mi amigo me aclara que sí, que acaricia a las personas, preferiblemente del sexo femenino y que deberíamos abrir un blog que llevase por nombre "el tocador de señoras". A estas alturas de la tarde la lluvia se hace presente y a través del visillo la contemplamos con cierto embeleso.
Y es que embeleso termina bien, termina como beso, como queso, casi como rezo.
Llegan hermosos mensajes al móvil. Nos felicitamos por la felicidad. Porque hoy los dardos no duelen y la piel se marca, sólo, por el contacto de nuestros abrazos pizzarros.
Más tarde en la calle, y creo que era realmente tarde, fuímos dos figuras que se hacen pequeñas a través de la lluvia.
Cantamos afinados y a coro, la balada de las ventitrés ginebras, que es canción de gran belleza y de marinos.

11 de febrero de 2011

DESNUDAME DESPACIO, QUE VENGO HERIDO


(fotografía Francesca Woodman)

Hablaba un poeta granadino de los patios de soledad y tarde.  La escena más memorable de "The Belly of an Architect"  Peter Greenaway (1987), transcurre en un patio. En un atrio de columnas jónicas, donde sobre  pedestales, reposan los bustos de los doce Césares. El anónimo doctor, un oncólogo, explica al abultado arquitecto, Brian Dennehy, cómo cada uno de los rostros que recorren, sufrió la misma fortuna. Tras el sueño de una noche de primavera murieron solos, gritando.
Soledad y locura son malas compañías de picnic. Tayllerand a Napoleón: "Sire, con las bayonetas se pueden hacer muchas cosas, salvo sentarse sobre ellas". Han traído estas mañanas resplandores dorados y humo que mancha. Algunos rojos cadmio y sábanas ausentes. Nos hemos recuperado de nuestras vulnerabilidades, pero seguimos siéndolo. Basta un ruídito. El que hace otra respiración. En ocasiones como ésta, los que tenemos obstruido el lacrimal, nos aventuramos a dar un abrazo. Me han recordado que no todos tenemos el/la amante que nos merecemos (fue en el pasado).
Me asomo cada mañana al espejo con la confianza de que hoy tampoco se rompa. He olvidado a quienes posaban conmigo complacientes. Soy ángel de sonrisas, húngaro que elige en la batalla  reciente como la sal, la luz y el chocolate.
Nos desnudaremos sin duda o con ellas, saldremos a respirar la noche. Alguien, Roma, nos acogerá en su seno, como si todo fuera ocurrir por primera vez.
Esta mañana le he dicho al espejo, en un hilo de voz: desnúdame despacio, que vengo herido... y ni el espejo ni yo, hemos hecho caso.

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7 de febrero de 2011

SATOR, AREPO...

En Pompeya yacen los más hermosos bajo nuestra capa de cenizas. Cada recodo de la calzada Nocera sufre sus sombras a mediodía. Permanecen quietos mientras les anima el sol.  A partir de las murallas, a unos cien pies, resisten en sus columella.  Los que habitaron la Veneris Sede  no han olvidado. Príapos, faunos y tú, mientras desdeñan nuestras moradas sin impluvium, sin atrium, sin larario. En la ceniza se duelen y ríen. Corre el vino puro en las cenizas. Tienen una sed que se renueva. Algunas mañanas desean un café compartido y a sus ojos no somos otra cosa que libertos. Hijos del cajero automático, siervos de un sudoku, como una inútil salmodia.
Quien detuvo el tiempo, quien regaló el silencio y ocupó entero el paisaje, hoy es un paseante, palíndromo sin misericordia, un viento que se lleva las cenizas.
Vale. En Pompeya cantan, al igual que yo, felicitas,  las cigarras.


                                              SATOR
                                              AREPO
                                              TENET
                                              OPERA
                                              ROTAS

 "El creador tiene las claves de su obra".?

2 de febrero de 2011

FEBRERO DEL ANGEL


                                                                     (Fotografía: Francesca Woodman)

To the happy few

A A.H. le cansan los tontos niños muertos, a A.H. el hilo le hace dudar del dos, para A.H. los palíndromos y las damas que doman a la nada son calambures, demasiados versos en el mundo. A.H. propone un acto radical, feliz y revolucionario a partir de ¡ya!. La felicidad como industria y motor revolucionario, sin facilidades ni facultativos. Nada de versos púbicos tristes y depilatorios. A.H. denuncia el miedo,  la noche en la que tú vences,  la voz aguardentosa de los sms. Nada de cobijos, mariposas, jaulas y cerezos. Se acabararon los coleccionables del lobo, de la pantera rosa que ya no fuma ni firma. Esta es la consigna. Guardad la maletas bajo los lechos. Nada de poéticas con corazón, con espinas escandidas, con juanesdeyepes. Ya me arrepentiré. Aquí y ahora os doy la bienvenida al trolebús, a la mirada hipnótica de los conductores en medio de la niebla. Hagamos bencina, chocolate, légamo,  palabras y que éstas nos condenen y salven de tanto idiota. Se acabó la triste tristeza entristecida en las tostas. Y desde luego, desde ya, se nos acabó a todos.
Bajo la advocación de San Rainer María Rilke, y de la unión impúdica de Tonto niño muerto y El lobo en su jaula nace El Ángel Húngaro. Nadie hizo nada para merecer esto, mis disculpas. El contador está puesto a cero, sed felices, aquí no se pasa frío.