20 de julio de 2012

ni afectuoso, ni suyo…(Carta abierta a Presidencia del Gobierno y a ambas Cámaras)

Muy señores míos:

¡Enhorabuena, lo han conseguido!, quiero felicitarles por su actuación y comunicarles que pueden continuar con ella sin contar conmigo. Tal como estaban haciendo hasta ahora, me consta, pero a partir de este instante con mi consentimiento.
Les informo que a cambio les solicito que descuenten el céntimo que me corresponde de sus retratos oficiales, bronces a la entrada de sus aeropuertos sin uso, de la roja, los campeonatos de fórmula uno,  tenis, padel o el madrid olímpico. No se enojen por ello, que yo no lo hago. Seguro que encuentran fuentes alternativas de financiación.
Sepan que todos ustedes me parecen brillantes hasta el punto de solicitarles consejo. Dado que soy uno de esos cinco millones de emprendedores, cuya figura ustedes han creado, me intereso por aquello que  pueda hacerles más amable la vida. ¿Me pueden indicar  en qué servicio para ustedes, los ejecutivos de las multinacionales y la banca…? Me comprometo, siempre que su información sea fiable, a no solicitar subvención alguna. Quizá su demanda vaya dirigida hacia: ¿el ocio, las vacaciones? (les encuentro muy ocupados para pensar en ello...), ¿la cultura, la agricultura? (ecológica, la cultura, por supuesto), ¿el intercambio de coleccionables, la depilación o la  peluquería?. Les invito a crear un curso de formación en ese campo, con evaluaciones mensuales acerca de nuestra capacidad y dado el caso de no superar sus catas y pruebas, abandonar voluntariamente el país…¡ah!, ¡que no se puede!…
Qué brillantes, me reitero, en el articulo 21 de su nueva ley de 14 de julio, los parados no podemos viajar al extranjero. Como ratas de este particular Guantanamo suyo. Seguro que les mueve a tomar tal medida la preocupación por nuestra salud económica (difícilmente obtendremos los medios para costearnos autobús, tren o aeropuerto), o nuestra autonomía mental (no me atrevo a pensar qué podemos ir diciendo, masa ingente, por ahí fuera) o incluso puede que el interés por mantener a todos los emprendedores activos, a la sombra, en casa.
Me preocupa sobremanera el hecho de que sus antiguos sabuesos, últimamente salgan a la calle con pancartas del tipo: "somos la policía del pueblo, no la policía de los políticos". Eso tienen que mirárselo, no vaya a ser que nadie nos vigile ni a ustedes les protejan. Mejor también que prohiban los fuegos, de paso (¿la bomba viene del bombero?).
Les deseo que no enfermen, ni pertenezcan al colectivo de emprendedores de larga duración, ¡vibrante la idea de retirarles la tarjeta médica!. ¡Ah! y no se hagan médicos, privatizada la profesión, el juramento hipocrático provoca crisis de ansiedad en el colectivo.
Quiero realizarles una última recomendación destinada a mejorar su pobre retórica. Busquen en los libreros de viejo algún volumen de Horacio (descuiden sus hijos ya no estudian eso). Alguno hallarán a buen precio, volúmenes que algún interino se habrá visto obligado a vender. Ahora también son emprendedores.  No desaprovechen la ocasión de informarse acerca del ex-contenido de nuestras bibliotecas.
Mis saludos a la única familia que les conozco, minoría absoluta, prima de Riesgo (inmejorable cuna, apellido compuesto) etc…, acuérdense de sortear a los funcionarios públicos antes de acceder a sus despachos (también en navidades).
Ni afectuoso, ni suyo.
Otro emprendedor