26 de abril de 2012

Pepepótamo



Mi habitación es toda Piranesi, nubes de ciudad desde un piso primero con árboles y faros encendidos, voces que desde el fondo,  me visten invariablemente de negro. Sé que este país se ha ido a la mierda  frente a mis ojos. Debería salir. Aun puedo decir que respiro por mis heridas y que Pepepótamo portaba en sus pulmones un hipoalarido huracanado. No recuerdo que hacía el lagarto Juancho, pero también me acuerdo de él. Pepepótamo apartaba con su hipoalarido  aquello que molesta. De Juancho, ya lo he dicho, no sabría decirlo. Apenas sé de mi cantinela,  que debería contar en el  metro lo de Pepepótamo y preguntar por lo de Juancho. Quién sabe. Puede que todo se reduzca a eso. Que este país necesite que un hipopótamo grande sople y que alguien recuerde que hacían los lagartos…antes.



16 de abril de 2012

esto



la primavera con sus monstruos daelicados en la temporada de las tormentas: das por terminada la soledad, para comenzar otra nueva, alguien ignora el sabor del petroleo alguien desconfía de la ternura de los vigilantes, el viento señala el curso de las lavadoras, las manchas más antiguas, al final las nubes son corporativas, se reúnen cada hora para perseguir la tristeza  de un charco, la memoria de los semáforos o la dedicatoria en una fotografía a la que llegabas tarde, el viento, esa goma de borrar ciudades,  sabe que vas a decir concha en este instante, estás en lucha con el guerrero entre los jazmines,  te equivocas y siempre, siempre, siempre  el meñique no es para el anillo ni para que jueguen con él los ratones,  ¡estás en una lucha, han levantado un muro y lo ha hecho tu gente!
eso tienes que nombrarlo
esto
esto es…

11 de abril de 2012

roger rabitt



No pensamos mucho en las escaleras,
he realizado todas las versiones de tus malos
y mis malos poemas,
llevado preservativos al banco
tan san tander de los preservativos.

No lo pensamos mucho,
he perdido la bolsa de los miedos,
completado tu pantalla de pájaros
enfadados más veces que tus amantes,
que el sumial.

No pensamos, soy tu maestro
de ceremonias cuando la recarga
del móvil, soy la pesadilla.
Para ti,
solamente otro día.

Corre conejo.