A las 4,46 A.M. tímido primero, luego aumentando sutilmente el volumen, una melodía tritono, grave avanzando a agudo…en un primer instante busco localizar (y advertirle seriamente a continuación) al desaprensivo que no da apagado su despertador, al poco reparo que es todo el espacio que suena. Estoy escuchando el ¡despertador del Ashram!. A las 5 A.M. de esos mismos altavoces salen mantras, un Saludo al Sol.


Desayunamos a los 8 A.M., unas gachas de cereales con ¡leche! y algo de fruta (poca).
Apunto un templo: infinidad laberíntica de caras para explicar el laberinto humano. Encuentro una representación de Sarasvati (diosa hindú de la danza, la poesía…), le ha correspondido un mástil de sitar. Altares alojados en vitrinas para que los gurús (está lleno de ellos con más o menos fortuna a juzgar por los fieles que les acompañan) te coloquen un punto rojo, azafrán o negro en la frente, en Ajna (6º de los chakras situado en el entrecejo). Deidades ennegrecidas por la mantequilla y el humo. Vitrinas, vitriolos, vitrinas y vitriolos: reflejo de un mundo desde otro, de una persona desde otra hoy 16 de septiembre.
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