No viví la revolución hippie, ni gusté de la música Beatles, era más Rolling, pero la estancia en Rishikesh me invitaba a visitar el lugar donde los músicos ingleses se reunieron con Maharishi y dieron lugar a cierta moda espiritual en occidente. Los seguidores de Maharishi, que practicaban la meditación trascendental, en ocasiones son conocidos como Hare Krishna, aunque ese término en India no se utilice (todos somos Hare Krishna me aseguró un amigo hindú, seguimos a Krishna…). El lugar está debidamente señalizado bajo una serie de letreros que anuncian locales más modernos. Al aproximarte cruzas sobre regueros secos que en la estación monzónica se convertirán en aliviaderos para que el agua alcance el río. Frente al Ashram un ligero desnivel conduce a una playa fluvial y aHoy, después de algo más de dos semanas, no he acudido a la primera práctica. Mi mente se ha revelado, arrastrando a mi cuerpo a permanecer en la cama. En la calma. Quizá no practicar esta mañana me ha inundado de pensamientos largo tiempo larvados. El descreído occidental ha salido de paseo.
Harrison practicó con su sitar en estos parajes, Lenon, Mc Cartney compusieron parte del albúm blanco entre la paredes derruídas que contemplo. Todos aparecen sonrientes en la foto, sobre una lujosa alfombra.
Let it be me digo, déjalo estar. Alguien, como refiere Colinas en su "Sepulcro en Tarquinia" habitó estos lugares ahora presos de una vegetación que todo lo ocupa y que una vez más nos devuelve a nuestra insignificancia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario