21 de noviembre de 2013

ahora que leo menos…os espero más



En modo sentimental

Un piano se repite sentimental en treinta escalas,
treinta unidades temporales mínimas
de sombra que de nada sirven,
porque un poema de nada sirve
si no sirve para acariciar tu pelo.
Este piano se nutre de tus hormonas
y el frío, en el frío
las teclas aparecían tan pálidas…
No me quites el dolor
sin él me doy golpes hasta romperme,
somos diques frágiles, esta es la realidad.
No hay absolutamente nada
que entender en la magia, 
extraigo el dedo de tus orificios
preservando su intimidad y es todo,
lo cercano que puedo estar a ti.
Cuanto aprendí de la melancolía
fue aprender de los adioses
tramposos como la mala rima,
sus vagas fórmulas de cortesía
tramposas, como la rima mala.
Vigilante de vuelos, el piano,
está lleno de azafatas por dentro,
de ceniceros llenos.
El objeto del viaje,
somos hijos de un río que se lleva las flores, 
es perderse al lado de casa
no me quites el dolor,
después de la noche larga soy frágil,
sin él me darás golpes hasta romperme.
Existes en algo más que el adiós,
en algo que no pronunciamos nunca,
existes en las comas.
Asaltas la mañana y sus restos,
creadora de un lento líquido amniótico
sobre el atlas de la geografía humana,
en modo sentimental.
Esta es la realidad: que hace frío 
y los trenes no paran
de estrellarse continuamente,
somos diques frágiles
que nos hacemos falta
y nos hacemos 
compañía.