10 de agosto de 2011

Inquietud



¿De dónde salimos? Salimos y asustamos a los animales del bosque, recorremos la soledad de la piscina sin tocar su escalera, yendo de martini en martini.  Nadando en  la edad del día. Porque hoy no calienta el sol y hace frío colina arriba. En el río Lucinda, en compañía que las que nos amaron y  nos detestan. Mira mis tobillos de gigante rotos que buscan tu misericordia, imbecil. No la segadora, no la junta del filtro de seis pulgadas, ni la cena de los 1000 dólares. No. He venido a recuperar a mi amante, a acariciar su espalda... a recibir sus patadas, quizá a que me cubra con la toalla o me devuelva a casa. He venido para el insulto de la mujer del tendero, he venido a que no me dejes entrar y mi vida tenga el mismo valor que  50 centavos prestados. Mostaza de Dijon en mis manos manchadas de sangre y en la colina. Y en la colina llueve. Una raqueta rota en la pista de tenis. Un coloso con los pies de barro derrumbado ante la puerta de casa. Sus nudillos golpeando, con  cuatro golpes, el destino. Un coloso que se desnuda y se asusta y sabe que eso es todo. Eso y FIN.

2 comentarios:

i*- La que canta con Lobos dijo...

Me ha gustado el relato-descriptivo. He de decir que cuando te has referido a la colina, me has echo recordar el montesacro de Orta donde Lou Salomé y Nietzsche pasaron un rato agradable.

Un abrazo!! :)

wolf dijo...

Gracias i-asterisco-, no sabía si después de tantos años iba a soportar verla (El nadador), quizá para conjurar, esta mi reseña. Gran película por cierto, no apta para depresiones.
Otro!!:)