7 de julio de 2011

Carta al hijo I



Se llama Antinoo, tiene veintiún años
y se avino a morir en Londres.

Se llama Byron Ernesto,  siete años, 
salió del vientre tras de un vuelo.

Se llama Selva, tiene mes exacto
y la piel la dejó en proyecto.

Un galgo que se  cruza  por delante.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Antinoo...Antinoo que muere en Londres, tan amado por su belleza que...me quedo detenida ante su busto durante largo rato analizando cada uno de sus rasgos, Byron te guarda más similitud, también andaba por la vieja Albion...y el galgo que se cruza por delante, siempre es un ser perdido y da trazas de tristeza en sus cuartos traseros.

wolf dijo...

Gustóme: da trazas de tristeza en sus cuartos traseros:) en feisbú levantaría dedo (no en vano va que con Don Mendo ando), asuntos extraños trasega verano o ¿será mano? Por diez es mano es.
Byron yo... sí que tenemos un algo, yo tb, tendría una jirafa en palacio, en Venecia. ¿Sabes que ví su grafitti en Cabo Sunnion? ¿Si se puede morir por una revolución, por qué no hacerlo? ¿En Grecia?
No me extraña lo tuyo con Antinoo ;)