14 de mayo de 2013

amar al mar





He salido a las calles de la ciudad
y la prudencia recomienda tantas cosas
en la estación desfavorable,
apenas introduces un nombre
en la anatomía de la tristeza
y tienes que preguntarle a Miles Davis,
yo le pregunto a Miles Davis,
le pregunto en unos largos brazos
que anuncian el deshielo y la tormenta
que de otra forma no pueden ser,
visito el recurso a la enfermedad,
todos paseamos nuestras enfermedades
y un asesino interior
que vaga por casas donde fue feliz,
camina hasta el fin de los pájaros,
lucha con sus heridas con desesperación
y huye en un cuerpo ajeno.
Bombonas de butano en las terrazas,
eso es la soledad,
la prudencia recomendando tantas cosas,
en este poema que no sabe que lo es
nuestro viaje se llama fuego,
se llama con nombres nutritivos
si el frío no se abre y fractura
los abdominales del poniente.
Nuestro plástico recuerda imágenes
de Eva en los escaparates, su voz
obscura como firmamento y azulejo,
en una traducción que del sánscrito
hacemos por compasión y tigre.
Le pregunto a Miles, ¿oye Davis,
hay tanto mundo de llanto por hacer?
aunque la estación no crezca
y al aire sólo lo corte otro ahora,
una costra en la espalda que creemos
nuestra y quema. Y quema.
Aparece la lluvia:
esta es tu lluvia y mi lluvia,
la lluvia que somos nosotros.
Desaparece la lluvia.
Esta es la idea de nuestro ser,
este rojo que es todo menos rojo,
unos días en nuestro soplo,
la tentación en las escápulas.
Mira quiero mar, amar el mar
en un interior suspenso
incapacitado de absoluto,
mira, el sufrimiento es opcional,
posturas frente a la ventana.
Ahora ya te lo he dicho todo
nada es azar salvo el azahar
y eso eres tú, el naufragio
y el tránsito que ha vuelto
a nuestros días, un vino azul,
la copa y el desorden, los tibios
muslos que se acompañan
de sangre y canto y renuncia.
A veces labios los labios.
Mi semen el semen.
Este poema no sabe que estamos
escribiendo con venas,
con las balas pero también
con las venas este poema no lo sabe.
Tienes segundos para
preguntarle a Miles Davis,
¿soy el lujo innecesario de tus dedos?
yo le he preguntado a Miles Davis.
El universo es cruel con sus criaturas
más dilectas y nos proporciona
células asesinas, natural killers
y estrellas,
así que ven a amar al mar
por favor, este diminuto espacio
que cabe entre nosotros antes
y después del abrazo
y sin el que agonizamos mientras.
Ninguna poeta morirá por mí
esta noche, ningún poeta morirá
por tí. Tardémonos aquí
que se marchite como suele
la espina, que nos crezca
y que se haendelice el día
y que lo haga ya
y lo haga, sin ninguna piedad.

5 comentarios:

Anaís dijo...

Un poema hermoso, Lobo. Resulta muy interesante la potestad que otorgas a Miles Davis para conocer el rumbo de los mortales, Miles Davis ese semidios amable y cercano con el que sentarse a tomar una copa de vino mientras se conversa en la intimidad mientras afuera sigue lloviendo.

http://www.youtube.com/watch?v=NBQkHTPV_C8

wolf dijo...

intensa e íntima melodía para fumar…aquellos locales donde todo era humo.
Mil gracias Anaís, ya no llueve :)

Anaís dijo...

Tenía que haber repasado el comentario. Quería decir: "con el que sentarse a tomar una copa de vino y conversar en la intimidad mientras afuera sigue lloviendo."

Me alegro de que te haya gustado la melodía. Se trata de una propuesta de ejercicio de clase: todos aportamos unos temas musicales y después nos los rifaremos y tendremos que escribir acerca de ellos.

Gracias a ti, es decir, Namaste :)
AbrazoCeres

Anaís dijo...

Hoy el mar recitaba bajo el cielo su piel de siglos, deshojaba sus olas con vehemencia, todo era invitación.

Feliz agosto

Anónimo dijo...

Cucú, poema río, río, río, ríete siempre, cucú, gracias y buenas noches.