Desde dentro una música anuncia
el platillo de la limosna,
la harina oscura del desaliento,
¿qué hace ese hombre con ese piano?
están mordiendo el aire,
está ardiendo la esquina de la tarde
mientras bailan los cocodrilos.
Desde dentro
la amenaza ladra sin fin
buñuelos de desapego urgentes,
mírate tan fiero y anegado en lágrimas
en la casilla 49 de un juego antiguo,
la enredadera del silencio
en un compás de espera.
Desde dentro y abajo
un violonchelo,
el imposible de unas manos
que no quieren serlo,
la estrategia de la herida
para el asno que no puede detener
sus pies ante la fragua.
Desde dentro
nadie se detiene,
¡pero hay que escuchar la música
mientras suena!,
los arpegios de una voz
que muda el tono
ante la inminencia del contacto.
Desde dentro
nunca acaba el repicar
de los pulsos,
el platillo de la limosna,
pero es suficiente el pago
si el aire es tuyo
y lo obtienes libre.
Desde dentro
en la torpeza hay un editor
inexpugnable y el corazón azul
es el azul que contará el mar
a la gente asustada.
Desde dentro
y en mis rodillas
una mujer despliega un paraguas,
consciente de sus cabellos
y de los potros.
Desde dentro
voy a promover el sortilegio
dentro de mi alma.
Desde dentro
lo más burdo se halla en el ego
y en lo sutil la alegría,
déjate crecer las uñas nuevas
para echarte a volar
cuándo deje de llover,
que amar es nube y febrero.
Desde dentro
pensar es tan atractivo y el frío
aún puede ser más fiero.
Desde dentro,
somos hijos de un dios que habitó
en la tormenta.
Si amaneces con la flor
no la distraigas
y ahora suéltala,
déjala ir, vete.
Deja también a este poema,
descansa
y vuelve más tarde.
https://www.youtube.com/watch?v=AlN0bukO5UY
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